sábado, 10 de julio de 2010

Nuevo Presidente Alemán


El 30 de junio de 2010, Christian Wilhelm Walter Wulff, de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania, asumió la Presidencia de la República Federal Alemana tras la dimisión un mes antes del Jefe del Estado, Horst Köhler, por unas polémicas declaraciones sobre la misión de las tropas alemanas en Afganistán, vinculando el emplazamiento de los soldados con intereses económicos, algo que ningún dirigente mundial se ha atrevido a hacer antes.
Alemania es una república federal parlamentaria. El sistema político alemán opera bajo un marco establecido en el documento constitucional de 1949 conocido como Ley Fundamental.

El presidente de la República Federal de Alemania es el jefe de Estado y, por lo tanto, quien ocupa protocolariamente siempre el primer lugar en el Estado. El cargo de presidente de Alemania exige neutralidad, por eso casi todos los políticos elegidos a la presidencia, congelan su pertenencia al partido en el que militan. Su peso político es mucho menor que el de los presidentes de Estados Unidos, Francia o Rusia, elegidos por votación popular directa.

El mayor peso político corresponde a la canciller Ángela Merkel, (jefe del gobierno) que ejerce el poder ejecutivo, similar al papel de un Primer Ministro en otras democracias parlamentarias. El poder legislativo recae en el parlamento compuesto por el Bundestag (Dieta Federal) y el Bundesrat (Consejo Federal), que en conjunto forman un único tipo de órgano legislativo. El Bundestag es elegido mediante elecciones directas respetuosas de la representación proporcional. Los miembros del Bundesrat representan a los gobiernos de los dieciséis estados federales (Lander) y son miembros de los gabinetes de estado. Los respectivos gobiernos estatales tienen el derecho de nombrar y remover a sus enviados en cualquier momento.

La limitación de las funciones del presidente alemán es consecuencia de la experiencia con el nacionalsocialismo en Alemania. Los "padres y madres de la Carta Fundamental", la Constitución alemana, concebida en los años 1948 y 1949, tuvieron en cuenta el fatal papel del presidente del Reich, Paúl Hindenburg, que nombró a Adolfo Hitler como nuevo canciller y aprobó la disolución del Parlamento de la llamada República de Weimar.

Tras las experiencias en la República de Weimar y el régimen nazi los creadores de la Ley Fundamental, la Constitución alemana, no quisieron que fuera el ciudadano el que decidiera directamente sobre la votación del presidente. Una elección del presidente a través del Bundestag, el Parlamento alemán, no le hubiera dado la suficiente influencia a los distintos Estados federados, un despropósito en una federación.

La fórmula establecida fue una propuesta del liberal Theodor Heuss, quien más tarde fuera presidente de la República Federal de Alemania. A Heuss pues, se debe que sea una Asamblea Federal la que, cada cinco años, se forme siempre de nuevo para elegir el presidente alemán. “La Asamblea Federal se compone de los diputados del Parlamento y un número igual de miembros nombrados por los concejos de los Länder”, como está plasmado en la Constitución. El número de ciudadanos delegados varía de acuerdo al número de parlamentarios que no es igual en todos los períodos legislativos en Alemania. El número de representantes que envía cada uno de los 16 Estados federados depende del número de habitantes y, por lo mismo, del tamaño de las fracciones políticas en los correspondientes Parlamentos regionales. No sólo son políticos los enviados a Berlín a elegir al presidente de la república, también van deportistas, artistas y personas destacadas en sus comunidades.





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