domingo, 4 de julio de 2010

En estos días, con motivo del mundial de fútbol, se está hablando mucho de Sudafrica. Un país con una historia reciente muy convulsa salpicada de racismo llevado al extremo,  impropio del final del siglo XX.   

Hoy Sudafrica, con tres capitales consecuencia de la unión de estados y colonias: la administrativa es Pretoria,  es un país democrático cuyo sistema de gobierno  federal es una  república parlamentaria, de tipo presidencialista. Tiene 9 provincias, cada una con su gobernador. El presidente de Sudáfrica es el Jefe de Estado y de Gobierno, es elegido por el parlamento bicameral.  En la práctica, el presidente es el líder del partido  mayoritario. El actual presidente es Jacob Zuma, desde abril del año 2009.

A pesar de ser uno de los países mas desarrollados de África,  la población sudafricana  tiene una esperanza de vida de aproximadamente 49 años y una mortalidad infantil que ronda el 45 por mil de los niños nacidos. La población analfabeta supone entre el 11 y el 12%, la escolarización de tercer grado solo llega al 15% de la población  y la desigualdad social es tan grande que conviven habitualmente en el país  grandes fortunas con un 25% de la población que dispone de solo 125 dolares al año.  

El lema de la República es "unidad en la diversidad" y  no es casual, ya que es este un país multicultural,  con gran diversidad de idiomas (once reconocidos oficialmente por la constitución sudafricana), religiones y etnias (aunque el 80% de la población es negra).  
 
Hasta el año 1994 en que se celebraron las primeras elecciones democráticas,   se produjo en Sudafrica un fenómeno de segregación racial conocido como apartheid.  Fue llamado así porque significa "separación" en Afrikaanses, una lengua  sudafricana. Consistió básicamente en la división de los diferentes grupos raciales para promover el "desarrollo". Este movimiento, dirigido por los blancos,  instauró todo tipo de leyes que cubrían, en general, aspectos sociales. Se hacía una clasificación racial de acuerdo a la apariencia, a la aceptación social o a la ascendencia.  Los negros no podían ocupar posiciones en el gobierno y no podían votar excepto en algunas aisladas elecciones para instituciones segregadas, no podían habilitar negocios o ejercer prácticas profesionales en las áreas asignadas específicamente para los blancos, el transporte público era totalmente segregado, los negros debían vivir y estudiar separados de los blancos...etc.

Los defensores del apartheid decían que la discriminación contra los negros estaba basada legalmente en que éstos no eran ciudadanos de Sudáfrica, sino ciudadanos de otros estados independientes (llamados bantustanes), creados con el fin de alojar a gente negra. En efecto, se crearon diez estados autónomos para alojar a los negros que constituían el 80% de la población.

A esta población se le eliminó la ciudadanía sudafricana y se les consideraba como transeúntes o población temporal, provistos incluso de pasaportes para transitar por el país. Durante las décadas de 1960 hasta 1980, el gobierno forzó a la población negra a reubicarse en dichos estados que habían sido designados para ellos. Un total de 3 millones y medio de habitantes se vieron obligados a desplazarse hacia estas zonas. El caso más publicitado fue el de Johannesburgo, donde 60.000 habitantes negros fueron reubicados en una zona llamada Soweto. .

 La abolición del apartheid fue producto de los cambios políticos que ocurrieron en Sudáfrica a finales de la década de 1980 y principio de la década de 1990. La política del apartheid creaba cada vez más controversias y oposición de la comunidad internacional. Se habían impuesto sanciones económicas; algunas incluso requerían la desinversión total en Sudáfrica. La moneda sudafricana, el rand, llegó a un nivel tan bajo que el gobierno se vio obligado a declarar un estado de emergencia en 1985 que se mantuvo durante cinco años.

Entre 1990 y 1991 fue desmantelado el sistema legal sobre el que se basaba el apartheid. En marzo de 1992, en la última ocasión en que sólo los blancos votaron, un referéndum le concedió facultades al gobierno para avanzar en negociaciones para una nueva constitución con el ANC y otros grupos políticos. Las mismas se prolongaron durante largos meses, pero finalmente las partes llegaron a un acuerdo sobre un borrador de constitución y a una fecha para las nuevas elecciones: éstas se producirían en abril de 1994.

Uno de los protagonistas  sudafricanos del fenómeno del aparheit  fue Nelson Rolihlahla Mandela (1918). En 1962 fue  arrestado y condenado por sabotaje, además de otros cargos, a cadena perpetua. Mandela estuvo 27 años en la cárcel, la mayoría de los cuales estuvo confinado en la prisión de Robben Island. Tras su liberación el 11 de febrero de 1990, Mandela lideró a su partido en las negociaciones para conseguir una democracia multiracial en Sudáfrica. Mandela ganó las elecciones y fue el primer presidente elegido democráticamente mediante sufragio universal desde 1994 hasta 1999, recibió más de 250 premios y reconocimientos internacionales durante cuatro décadas, incluido en 1993 el Premio Nobel de la Paz.